Construimos nuestra “nueva casa”
El
fútbol esconde detrás miles de sueños e historias de chicos que quieren llegar
a primera división. Como club emblema de la ciudad y la zona, atesoramos y alimentamos en nuestras canchas varias de esas ilusiones. Pero sostenerlas, darles un
sustento para crecer, requiere de una fuerte inversión y de un acompañamiento
que va más allá de lo económico.
Hoy tenemos en la pensión a 38 jóvenes
futbolistas de entre 14 y 18 años llegados a Mar del Plata desde distintos
puntos del país. Chicos de Salta, Chaco, Córdoba, La Pampa, Entre Ríos o
provenientes de ciudades vecinas como Balcarce, Pinamar, Necochea o Tandil
conviven en el edificio que alquilamos en Punta Mogotes, mientras terminamos de
construir dentro de nuestro predio el nuevo complejo habitacional
para, al menos, 40 personas.
Se cree que para marzo podría inaugurarse la obra
que comenzó en noviembre de 2021 y que tendrá dos plantas, con un corredor
abierto que integrará a la naturaleza con el edificio. Los chicos pasarán a un
lugar propio y más cómodo, con habitaciones más espaciosas, sala de juegos,
sala de estudios con computadores y biblioteca y comedor entre otras ventajas.
Hoy por hoy los chicos disponen de varias de esas
actividades aunque, claro está, en una construcción más pequeña, que no fue
pensada ni desarrollada a tal fin sino que funcionó años atrás como un hostel
para turistas.
Allí, de todos modos, los chicos reciben especial
atención, teniendo en cuenta que se trata de adolescentes que están lejos de
sus familiares y seres queridos.
La abogada Gisela Cabrera es la coordinadora de la
pensión y la persona que tiene a cargo un grupo de trabajo que intenta que a
los chicos no les falte nada para su normal desarrollo.
A partir de un convenio con la Escuela N° 3 de
Juan B. Justo 745, todos los chicos cursan obligatoriamente sus estudios
secundarios. "La asistencia al colegio es obligatoria y tratamos de que
los chicos respondan y aprueben. No queremos todos 'chicos 10' pero si que
estén al día o encaminados con los estudios. Igual este año ya tuvimos dos
abanderados", destaca Gisela.
Al margen del colegio, los chicos disponen de
apoyo escolar en la pensión para materias como matemáticas, física, química, literatura...
Y en el último tiempo se fue incorporando personal al equipo de trabajo de la
pensión como para optimizar la atención de los juveniles. Hoy en día cuenta con tres conserjes con turnos de 8 horas
cada uno para cubrir las 24 horas del día, un cuarto que oficia de franquero,
cocinero, psicóloga y tutora académica de los chicos y una persona encargada de
la logística y los insumos que requiere la pensión y un psicólogo deportivo.
Más allá del estudio y los entrenamientos, también
se les ofrece a los jóvenes una serie de actividades recreativas para
fortalecer los vínculos y pasarla bien. Carreras de kartings en Interlagos,
asados o salidas a la Laguna de los Padres, paseos en bicicleta, canotaje...
Obviamente, la atención médica de cada uno de los
adolescentes corre por cuenta del club. Como así también la alimentación, los
gastos de estudios y los traslados. Las familias de los pensionados no tienen
ninguna erogación económica. Inclusive los padres pueden comunicarse
permanentemente con Gisela para interiorizarse del día a día de sus hijos y
evacuar preocupaciones.
Cada jugador tiene su legajo, que contiene
historia clínica, estudios y distintos ítems relacionados con la convivencia en
la pensión. Detrás de cada uno de ellos hay un sueño.
Para el fútbol y para la vida en general. Desde la institución los acompañamos en el
día a día para que puedan cumplirlo.